Si dispones de dos puertas, usa una como entrada y otra como salida. Esto obligará a los clientes a recorrer todo el establecimiento para poder salir.
Evita los obstáculos arquitectónicos. Las columnas, esquinas, rincones, pasillos sin salida, etc. son zonas frías por definición. Si no hay forma de eliminarlas, hay que procurar colocar allí los productos básicos o imprescindibles. Chicles, caramelos, calcetines, etc.
Refuerza las zonas frías. Puede añadir más iluminación, espejos, displays, ofertas, muestras o cualquier otro elemento que llame la atención de la clientela, (aunque solo se acerquen a mirar los productos).
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